La inteligencia artificial lleva ya varios años en distintos sectores, incluido el mundo del libro. No hay que pensar en estas tecnologías desde el punto de vista que nos ha mostrado la ciencia ficción: robots capaces de emular la actividad humana. Estamos hablando de sistemas que se encargan de automatizar algunos procesos y que ya puede verse en el mercado editorial.
Y es que la inteligencia artificial en el sector editorial se ha visto impulsada por el desarrollo de otras tecnologías como son el big data (que permite el almacenaje de grandes bancos de información) o el machine learning (capaz de interpretar estos datos y aprender de ellos para ofrecer respuestas más eficientes).
Tal y como destacan desde el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC) la implantación de la inteligencia artificial en el sector editorial no supone la eliminación del trabajo humano. Se trata de una ayuda a la calidad del mismo, por lo que debe promoverse un proceso de alfabetización y formación para los nuevos perfiles.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Antes que nada, hay que entender qué es la inteligencia artificial. Como ya dijimos antes no hay que dejarse guiar por la visión que la ciencia ficción ha ofrecido de la inteligencia artificial. Estamos ante tecnologías que se encargan de emular una red neuronal humana a partir del procesamiento de la información que tiene y que va mejorando a partir de probar y repetir estas acciones.
En el caso del cerebro humano, este capta un estímulo que se transforma en información (leer un mensaje, escuchar un comentario, oler una comida…) que la red neuronal procesa y prepara una respuesta. La inteligencia artificial aprovecha los bancos de datos digitales (que se han visto impulsados por el desarrollo del big data) y prepara una respuesta conforme a esta base.
La implantación del machine learning ha permitido que estas respuestas no solo se aseguren, sino que además se vaya aprendiendo durante el proceso y se vaya mejorando la eficiencia de las mismas.
¿Cómo aplicar la inteligencia al sector editorial?
La inteligencia artificial en el sector editorial puede reforzar distintos elementos en la cadena del libro, haciéndolos más eficientes y permitiendo salvaguardar algunos puntos como los derechos de autor, así como crear estrategias de marketing digital que ofrezcan mejores resultados.
Puntos clave en la integración de inteligencia artificial
- Identificar tendencias editoriales. ¿En qué está pensando el mercado? La inteligencia artificial es capaz de detectar nuevas vías y de esta manera ofrecer un informe que permita ir decidiendo el catálogo de novedades a partir de estos datos ofrecidos.
- Aplicación al marketing digital. La inteligencia artificial en una red social es capaz de ir aprendiendo de las campañas que vas lanzando: identificando si el público al que se ha dirigido ha respondido, si los horarios de emisión han sido los correctos, y mucho más. Deja que el machine learning tome nota y te ofrezca nuevas vías de promoción de tu catálogo en un mercado cada vez más heterogéneo e internacional.
- Identificar socios estratégicos. El sector del libro es toda una cadena en donde todos sus miembros deben apoyarse. Pero, ¿cómo saber quiénes son los socios adecuados? Las bases de datos pueden sugerirte estos contactos a partir de lo que hayan identificado en el trabajo de tu día a día.
- Conectar distintas áreas de trabajo y automatizar relaciones. Un buen ejemplo de este sentido es la conexión del catálogo de un distribuidor bajo demanda a una librería, permitiendo que sea este último ente de la cadena quien realice la venta y el otro haga llegar el libro al lector final a través de una senda de menor burocracia.
- Recoger información sobre las costumbres de los lectores a través de las interacciones en redes sociales, interés mostrado ante nuevos lanzamientos o navegación por tu web. Todo ello con el fin de mejorar la usabilidad de tu página o para establecer vías de comunicación más eficientes.
Aplicaciones de inteligencia artificial en el proceso editorial
A todos los anteriores usos hay que sumar otros que permitirán a las editoriales mejorar en su día a día, alcanzando mejores resultados en un sector cada vez más competitivo:
- Identificación de plagios. A partir de la lectura de fragmentos es posible que la inteligencia artificial detecte un plagio, tanto si es realizado por otros o como si sucede con alguna novedad (ahorrando problemas legales o de reputación). Tan solo imagina el caos que puede originar que el nuevo libro de tu sello sea señalado como una copia de otro.
- Control de royalties. Los departamentos de administración pueden valerse de la inteligencia artificial a la hora de detectar ventas y liquidar los royalties a los autores y titulares de los derechos sobre el libro. De esta forma, los miembros de este equipo se liberan de una carga de trabajo.