El contenido de un libro debe ser bueno, aunque no es el único elemento que debe cuidarse a la hora de sacar adelante una obra. El poder de captación y atracción que tiene el aspecto visual es también indiscutible. Y es que no solo hay que tener en cuenta que la portada de un título es la que capta la atención, también la presentación de su interior es clave.
Por ello, el diseño editorial es uno de los aspectos que deben vigilarse para no perder lectores incluso antes de abrir el libro. Puede que tu contenido sea bueno, pero si este no es atractivo visualmente, y su presentación es deficiente, desde luego que la desconexión de todo aquel que se sumerja en una obra es más que probable.
¿Qué es el diseño editorial?
El diseño editorial se podría definir como aquel área del diseño gráfico que se encarga de la composición de productos editoriales tales como puede ser un libro, una revista, periódicos, catálogos, flyers publicitarios, etc. En definitiva, es el marco en el que se inserta el contenido de una obra y que ayuda a que el lector pueda seguirlo de un modo eficiente.
El diseño editorial, en resumen, lo que presenta es un esquema a través del que distribuir el contenido de un libro de forma que este sea fácilmente reconocible por el lector. Es cierto que también se aplica en otros sectores como la prensa o la publicidad, pero en esta ocasión vamos a centrarnos en la industria literaria.
Hay que tener en cuenta que el diseño editorial no solo debe conectar con la parte racional del lector, sino que ha de hacerlo, también, con su subconsciente para que, sin darse cuenta, le sea más fácil navegar por la propuesta que un editor le haga.
Tipos de diseño editorial y dónde se aplican
El diseño editorial se puede ver en diferentes ramas de artículos impresos como pueden ser libros periódicos, revistas, etc. Por ejemplo, al introducirnos en un periódico, sabremos reconocer rápidamente las noticias más importantes gracias a su disposición y a los elementos que la componen (fotografías, titulares más grandes, etc.).
Del mismo modo, el lector podrá comprender mejor el contenido de un libro si la tipografía que se ha escogido es fácilmente legible, su tamaño es correcto, existen separaciones adecuadas en los párrafos o hay gráficos que nos ayuden a entender mejor los datos que se nos exponen.
En definitiva, veamos algunos ejemplos de cómo funciona el diseño editorial en cada uno de los productos:
- Periódico
- Revista
- Catálogo de compra
- Libro
- Manual
Principales elementos del diseño editorial
Para saber cómo se hace el diseño editorial es necesario tener muy claro cuáles son sus componentes. Estos son los distintos elementos que participan en esta composición visual:
- Formato: Este elemento es se traduce en la presentación física de una publicación. Por ejemplo, una novela que se presente en formato rústico, o de bolsillo. Es clave, también, para reconocer algunos géneros literarios como, por ejemplo, los cuentos.
- Retícula: Se podría definir a este elemento como la organización interna, invisible a simple vista pero que conecta con nuestro subconsciente. Se basa en esquemas que puedan ser reconocidos por los lectores y que les permite encontrar coherencia en la distribución del contenido.
- Tipografía: La letra, pura y dura, eso es la tipografía en el diseño editorial. Pero no se trata solo de elegir una fuente legible, también hay que escoger la mejor para cada momento. Un ejemplo es la primera letra de un párrafo, o aquella que se escoge para la información que aparece en un gráfico.
- El color: Dentro de diseño editorial el color es algo que nos ayuda a identificar elementos, esto sucede incluso dentro de la naturaleza. Por ejemplo, las variedades cromáticas cercanas al amarillo son las que llaman la atención. Pero no es todo, jugar con la paleta puede ayudar a transmitir sensaciones como frío, o calor, e incluso crear efectos en tres dimensiones.
- Elementos de apoyo: Es el caso de los gráficos, infografías, mapas, y todo elemento que sirva de apoyo a la lectura y aligere la carga de lectura. Pensemos en un párrafo sin otro, en el que no haya nada que aligere. Otro ejemplo, fácilmente identificable es la fotografía que acompaña al cuerpo en un periódico.
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