El mundo del libro después de la pandemia

La pandemia lo ha cambiado todo. La pregunta que se hace todo el mundo es, ¿qué cabe esperar en todo este contexto? ¿Qué mundo cabe aguardar una vez que la crisis sanitaria termine? Si bien todavía es pronto para sacar conclusiones y adivinar con certeza lo que sucederá, sí que se puede ir tomando nota sobre lo que hemos aprendido y empezar a trazar líneas de acción para prepararse por lo que pudiera llegar en este futuro.

El sector del libro lleva años cambiando y tras la pandemia observaremos un nuevo paradigma. A partir de los datos con los que Podiprint trabaja, como distribuidor, y la relación con otros agentes de la industria, como editoriales y librerías, trataremos de anticipar plantear cómo estamos y lo que puede pasar toda vez que esta situación remita.

Se confirma el mercado global

“América Latina es un negocio a largo plazo para las editoriales españolas. Tienes 250 librerías de grandísimo nivel. Hay que hacer un trabajo continuo. Esa red hay que trabajarla”, explicaba Fernando Fagnani, de Riverside y Edhasa Argentina, en el pasado Forum Edita.

Aunque de malas formas, la pandemia nos ha enseñado que vivimos en un mercado global en donde las conexiones culturales y entre distintas naciones existen. Antes de la crisis sanitaria el mundo del libro vivía un momento de internacionalización de catálogos. La oferta de una editorial podía ser adquirida en numerosos países más allá de sus fronteras aprovechando redes de distribución internacionales.

No se puede negar la tendencia hacia la internacionalización de catálogos, por lo que se puede esperar que asistamos a la creación de más sinergias que permitan la ampliación de países en los que una editorial puede vender su catálogo.

Nuevas sinergias

La tendencia a la internacionalización es imparable, por lo que se hace necesario encontrar nuevos socios a lo largo de todo el mundo que permitan establecer una red global. Un ejemplo es el acuerdo entre Podiprint e Ingram que, por un lado, permite que las librerías españolas puedan acceder al catálogo del gigante estadounidense. Al mismo tiempo, esta unión facilita que la oferta del editor español pueda ser comprada en países al otro lado del Atlántico.

Estas sinergias, además, hacen posible que los libros lleguen a destino sin necesidad de hacer frente a los costes logísticos que conlleva el transporte de una mercancía a través del aire o el mar.

Repensar la distribución

El confinamiento fue uno de los grandes retos logísticos a los que se tuvo que enfrentar la industria. El sector del libro tras la pandemia debe tomar nota del aprendizaje: confiar en distribuidores de libros que permitan la entrega del libro incluso en estas circunstancias. El modelo bajo demanda facilitó, y mucho, las ventas a librerías y editoriales ya que no era necesario ni siquiera contar con ejemplares en almacén.

La cadena de distribución bajo demanda será una de las grandes protagonistas en este futuro. De hecho, los datos demuestran que la venta de este tipo de libros creció un 300% durante el confinamiento, permitiendo que los lectores pudieran acceder a su afición favorita, mientras que libreros y editoriales encontraban un camino entre tanta incertidumbre y que solucionaba los problemas logísticos.

También cabe mencionar que el mercado ya daba síntomas de un viraje al longtail. Las grandes tiradas han dejado paso a un modelo donde los lectores demuestran más heterogeneidad en sus gustos. Por lo que las ventas aumentarán, pero de una diversidad, cada vez mayor de títulos.

Venta omnicanal

Antes hemos hablado de las ventas online. Pero lo cierto es que junto a internet, debe seguir apostándose por el mercado físico. La figura del librero es una de las más necesarias en el sector, muestra de ello es que tras su reapertura, estos puntos de venta han visto cómo tras tanto tiempo cerrados, los lectores han regresado demandando sus servicios.

Además, la librería también es un espacio cultural que ofrece mucho más servicios que la venta de un ejemplar. Por ello es impensable que las la pandemia el sector del libro se olvide de estos canales físicos, en todo caso se enfocará a un modelo omnicanal en donde ambos medios se combinen en perfecta sintonía.