En este 2020 ha habido dos momentos clave en el mercado del libro. El primero fue la declaración del estado de alarma el pasado marzo y que obligó a casi la totalidad de los negocios a cerrar. En concreto las librerías tuvieron que atravesar esta situación y dejar de prestar un servicio cara a cara, teniendo que reencontrar nuevas fórmulas de negocio para seguir adelante.
El otro momento clave en la industria fue el fin del estado de alarma y el regreso a la actividad dentro de la llamada “nueva normalidad”. Las librerías volvieron a abrir sus puertas y los lectores recorrían de nuevo sus pasillos, pero respetando las medidas de seguridad de esta nueva etapa. No se puede negar que las reglas del juego han cambiado y que nada más que la apertura al mundo digital ya hace que haya que imaginar cómo será el futuro.
Pero lo que está claro es que las librerías seguirán siendo protagonistas de este nuevo panorama editorial. Y es que el sector del libro no se entiende sin estos puntos de venta, tal y como han demostrado los datos y la respuesta del público.
Librerías tras la pandemia
Tal y como aseguraba Mª Carmen Ferrer, presidenta del Gremio de Libreros de Cataluña, en el pasado Forum Edita 2020, la pandemia ha supuesto un golpe muy grande para estos negocios. En su caso se han perdido jornadas muy importantes como Sant Jordi, un 23 de abril que también ha sido nefasto en el resto de comunidades que no pudieron aprovechar el tirón del Día del Libro.
Ferrer destaca que el cierre de las librerías trajo consigo una pregunta: “¿qué podemos hacer?” La respuesta fue la siguiente: reinventarse. Tal y como indica esta profesional nos encontramos en una época digital total y la importancia de este mundo en red se hizo notar. Por ello se reforzaron herramientas para seguir ofreciendo servicios a través de internet: mejora en las páginas webs, mayor actividad en redes sociales o puesta en marcha de formularios de contacto.
La misión de todo esto no era otra que seguir ofreciendo al lector un trato personal, incluso a través de internet. Por su parte, Paco Goyanes, de librería Cálamo, destaca que estos meses de cierre ha sido una época de miedo, pero también de reflexión. Un tiempo de pensar en qué se había hecho y qué se podía hacer a partir de ahora.
Goyanes también destaca que en este tiempo si bien no se vendió un solo libro, al menos en su librería, se mantuvo el espíritu de lo que este tipo de puntos representa en el sector: una defensa de un estilo de vida que toma forma a través de la lectura. Porque no hay que olvidarse de que en estos establecimientos uno encuentra mucho más que páginas: eventos culturales, consejos y una relación de confianza.
Aprendizajes del confinamiento
¿Qué papel tendrán las librerías en el nuevo paradigma editorial? Para poder saberlo es mejor, al menos, mirar qué se ha aprendido. Goyanes indica que si bien es indudable que estos puntos de venta deben estar en el mundo digital, no hay que olvidar lo que un lector busca al cruzar la puerta y que seguirá pidiendo: consejo de alguien de confianza, ojear los libros, y retomar la relación con su librero de siempre.
Otro aprendizaje de la pandemia fue la necesidad de reforzar la cadena del libro, desde el editor hasta el librero, sin olvidarse del distribuidor. Este último una de las figuras más importantes durante el estado de alarma ya que asumió las labores logísticas necesarias para seguirá atendiendo las necesidades del lector.
Para Goyanes el estado de alarma supuso un momento en el que “todo el mundo se puso de acuerdo y entendió lo que estaba pasando”. Ahora, con la entrada en la nueva normalidad habrá que esperar a ver qué pasa, pero sin duda toca reinventarse para que la librería en el nuevo paradigma editorial siga ofreciendo los mismos servicios pero aprovechando las ventajas del mundo online.
Una imagen similar a la de Igancio Palao, consultor en GFK, quien señala que las librerías han demostrado ser uno de los puntos de venta más importantes en el sector del libro. Basta de ejemplo que tras su reapertura, no han perdido mercado, por lo que se prevé una recuperación en V.
Unas perspectivas que hacen que ahora, más que nunca, sea importante aprovechar estos puntos de venta tradicionales que siempre han sido, y serán los que den sostenibilidad al sector incluso cuando la nueva normalidad también concluya.